Todos ustedes han estado recorriendo una escalinata de búsqueda, de cuestionamiento, de preguntarse: ¿cuál será el siguiente paso en mi viaje, en mi corazón, en mi misión? Están en la cima de la escalera al cielo, pero no está conectada con nada que puedan ver o sentir. Sus más caros deseos habitan por encima de los patrones de la conciencia colectiva y las manifestaciones de las masas. A medida que tienden hacia su corazón superior en busca de verdades más elevadas, luces superiores y amores más elevados, también tienden hacia habilidades creadoras más elevadas. Dichas manifestaciones viven en lo invisible. Sólo son visibles en su mente, en su corazón y en sus sueños. Pero no se las puede ver en su mundo físico.
Se les pide que coloquen todos sus deseos, apetencias y necesidades en un futuro invisible. Son muy pocos los que verdaderamente saben sin atisbo de duda que lo invisible se manifestará de acuerdo con la profundidad, la fuerza y el poder de su fe. Ustedes no pueden ver su futuro porque su futuro no reside aquí en la Tierra. Todavía no ha llegado. No se ha manifestado, ustedes van por delante de sus creaciones. Esto produce una gran frustración, ya que todos ustedes se sienten solos en sus creaciones. Es como hornear un pastel utilizando la mezcla de una caja sin instrucciones y colocarlo en un horno invisible sin temporizador.
Cada uno de ustedes tiene su personal “visión en la invisibilidad”. Toda gran persona que existió en esta Tierra tuvo su visión en un lugar de invisibilidad. Primero lo imaginaron, luego lo acogieron y después lo amaron hasta que lo invisible se hizo realidad. Esto no vino por decreto divino alguno. Se manifestó a través de los corazones, los anhelos y los deseos de quienes invocaron su existencia.
Ustedes son los responsables de crear ese sueño invisible que habita en sus corazones. Ustedes lo sostienen como sostendrían a un polluelo en sus manos: consolándolo, dándole calor, alimentándolo. Ustedes están dando a luz continuamente lo que necesitan y lo que desean.
La mayor parte de la gente se rinde antes de que se manifieste; el mismo día en que se va a anunciar el nacimiento de la manifestación, claudican, se detienen y se van. Piensan ¿quién se va a dar cuenta? ¿A quién le va a importar? ¡Todo lo que hay en la vida se da cuenta y le importa! Todo lo que hay en la Tierra estaba listo para darle la bienvenida a esa manifestación que crearon con tanto amor y que germinó dentro de su corazón y que tan irreflexivamente abortaron antes de que naciera.
Confíen en las semillas que plantaron. Tienen que confiar en aquello que ansía su alma porque es auténtico y surgirá y nacerá. El Creador jamás les retiene ni les puede retener nada ni sustraerles nada. Se les ha dado pleno dominio sobre la Tierra. Ustedes son los que darán a luz al futuro.
Cuando vean una necesidad, satisfáganla. En ese instante el universo les está diciendo: “Ayúdenme a dar a luz esto. Ayuden a Dios a alumbrarlo simplemente sosteniendo su visión lo suficiente como para que se manifieste”.
A cada uno de ustedes se le pide constantemente que ayude a dar a luz un futuro mejor, una Tierra mejor, sólo con el pensamiento. Mantengan la visión de la bondad para su mundo, no sólo sus propias creaciones. En cuanta oportunidad se les presente de dejar su simiente en el pensamiento de los demás, concédanles el regalo de lo que saben es verdad y esperanza. Sostengan ese regalo el tiempo suficiente hasta que nazca. No se rindan nunca. El Creador, la Fuente, nunca claudicó con ustedes. No claudiquen con los demás. No se burlen de sus sueños ni los arrojen al viento, porque a veces los sueños de una persona son su única razón para vivir. Ayuden a manifestar los sueños, los deseos, y hagan visible lo invisible.
Por Gillian MacBeth-Louthan