viernes, 9 de enero de 2009

LOS MUCHOS NOMBRES DEL MIEDO



Nuestro viaje espiritual tiene dos aspectos, sanación y crecimiento. El aspecto de sanación incluye resolver el karma y nuestra creencia de que estamos separados de la Fuente. El aspecto del crecimiento puede ocurrir una vez que podemos sanar cualquier aspecto de nuestro karma, sin importar cuán insignificante creamos que sea. Esto libera otro nivel de separación y nos permite dar un paso más cerca para reconciliar la dualidad y reconectarse a la Fuente. Nuestros miedos representan las herramientas de aprendizaje en nuestro viaje espiritual pero sin entendimiento ellas pueden convertirse en el enfoque de nuestra vida. Cuando entendemos los muchos nombres de nuestros miedos y los incontables y diferentes aspectos que toman, tenemos claridad en los trabajos de los deseos de nuestra alma por sanar y entonces lo temeroso desconocido se convierte en una cantidad conocida. Esto nos da dirección y más importantemente, nos da una elección porque ahora sabemos a qué tenemos miedo y por qué.

Entramos a cada vida con almas heridas a un nivel energético y con cada vida nos damos a la tarea de descubrir la fuente de estas heridas y sanarlas. Hacemos esto a través de la experimentación de nuestros miedos. Podemos tener muchos miedos, conscientes e inconscientes, creados en esta vida o traídos de vidas previas. Incluso podemos tener miedo de nuestros miedos y si no estamos conscientes, nuestros miedos pueden entrar en control y dirigir cada aspecto de nuestra vida. Mientras que es contrario a nuestra naturaleza espiritual tener miedos, es parte de nuestra experiencia material o mundana tenerlos. Nuestros miedos y lo que nos han hecho, nos hicieron hacer a nosotros mismos y a los demás, evitar o evadir, dirigirnos, cambiar nuestro camino de vida, tienen claves importantes para lo que estamos pensando y haciendo en esta vida.

El miedo, como se define a un nivel espiritual, no es aquello a lo que tememos, es el resultado de un trauma emocional que fue tan doloroso, poderoso y significativo que creó una creencia de que estábamos desconectados de la Fuente, que Dios nos había abandonado. En ese momento, la creencia en la separación, que éramos menos que nuestro ser espiritual, imperfectos, no merecedores y no dignos de amor, fue impresa en nuestro diseño energético del alma en el plano material. Como esto es un desafío a la ley espiritual que establece que somos seres perfectos y divinos, merecedores de todas las cosas buenas y ser amados más allá de la medida, nuestra alma experimenta un viaje para ayudarnos a sanar esa herida y llevarnos de vuelta a la totalidad con nuestra naturaleza divina.

Generalmente no podemos recordar claramente las vidas de trauma emocional que hemos experimentado, ellos tienden a ser pequeños e incoherentes pensamientos que permanecen en el fondo de nuestra mente y surgen ocasionalmente. Por ejemplo, alguien que tiene miedo a las aguas abiertas se ha ahogado o se ha perdido en el mar o incluso experimentado la muerte por ahogo de algún ser querido. Alguien que tiene miedo a las alturas quizá haya sido aventado por un precipicio como un castigo o sacrificio, o haya sido forzado a saltar desde un precipicio hacia su muerta para escapar de sus perseguidores. Alguien que tiene miedo a los animales grandes como los leones quizá hayan tenido una vida en la antigua Roma en donde fueron forzados a pelear y fueron asesinados por uno de estos animales.

Estas partes de nuestro pasado pueden parecer tan removidas de nuestra actual realidad que los escenarios descritos arriba pueden parecer improbables, hasta que tenemos una experiencia que nos llena con un horror innombrable que proviene de un lugar que es tan profundo y desconocido que no tenemos idea de qué hacer con eso, de dónde viene o cómo superarlo. Cuando es tiempo de que confrontemos estos miedos algo sucede en nuestra actual realidad para ayudarles a salir al frente de nuestros pensamientos. Cuando estamos en pánico, nos volvemos altamente emocionales, sentirnos "impulsados" por personas o eventos es una señal importante de que nos estamos conectando a un miedo antiguo. Desafortunadamente, sin la habilidad de desapegarnos y apreciar la situación desde una perspectiva diferente entramos en nuestros miedos, los actuamos y ellos toman el control.

Eso no quiere decir que alguien que tiene miedo a las alturas debería hacer un salto bungee o que la persona que tiene miedo a los leones debería obtener un trabajo en un circo como domador de leones. Quiere decir que tenemos que mirar que hay más allá del miedo, de la herida emocional que experimentamos como un resultado del trauma porque esto es lo que mantiene el secreto de nuestros miedos. Estos traumas emocionales con frecuencia incluyen ira, en la pérdida de nuestra vida o de alguien que amamos, en una situación injusta en la que no tuvimos control, en no ser poderosos, sentirse rechazados, destruidos financiera y emocionalmente, físicamente abusados, o porque nuestra vida fue destruida por una traición, un enemigo o un amigo. La ira que hierve a fuego lento por vidas puede ser muy destructiva, para nosotros y los demás, una vez que estalla en nuestra vida. Y como parte de nuestro viaje de sanación debemos enfrentar esta ira y liberarla. Entonces hacemos un viaje oscuro hacia nuestros miedos para descubrirlos.

Y cuando hacemos este viaje al miedo quizá nos confundimos más. Si lo que tememos no es lo que en verdad tememos, entonces ¿a qué tememos o cómo averiguamos eso? Para hacerlo, tenemos que mirar los dos aspectos de nuestros miedos, el consciente y el inconsciente. Nuestros miedos conscientes, aquellos que reconocemos, tales como el miedo al agua, tienen información importante sobre nuestros miedos inconscientes. Son nuestros miedos inconscientes los que alimentan nuestros miedos conscientes. Entonces cada miedo que tenemos tiene dos componentes, lo que sabemos que tememos, como el agua, y lo que sucedió para crear ese miedo, un trauma emocional de vida pasada que involucra el agua. Estos son simples ejemplos pero son muy importantes. Cuando le decimos al Universo que queremos avanzar en nuestra vida y quitar los bloqueos a nuestra sanación y transformación, abrimos la puerta para permitir que estos miedos surjan, pues ellos forman la base de estos bloqueos. En esencia, nos establecemos para hacer surgir nuestros miedos y el Universo nos ayuda a hacerlo.

Al enfrentarnos con nuestros miedos tenemos otra elección que hacer, qué haremos con el miedo en esta vida. Lo que hayamos hecho en el pasado ya lo hemos repetido, generalmente muchas veces. Y cada vida que es dedicada a sanar este miedo se convierte en otra oportunidad para la sanación. El residuo emocional que dejamos atrás no desaparece, simplemente lo llevamos a la siguiente vida. La elección es simple, entender y superar el miedo para que pueda ser sanado. O permanecer como su víctima, vivir sus consecuencias y tomar la lección nuevamente en otra vida.

Nuestra elección es importante porque repetirá la lección si no podemos aprenderla, en esta vida y en las sucesivas. Y en este tiempo, los Trabajadores de la Luz, hemos aceptado esta tarea, liberar y sanar el miedo, para nosotros y para todo el planeta. Al sanar nuestros miedos limpiamos el residuo energético que han dejado en las rejillas planetarias y ayudamos a los demás a sanar miedos similares. Entonces lo que elegimos es importante. Pero tenemos que estar listos para hacer la elección de enfrentar y sanar nuestros miedos y si no estamos listos o tenemos más cosas que aprender de ellos o no estamos en un lugar en el que el perdón sea una opción, entonces simplemente repetiremos la lección hasta que estemos en una posición en la que podamos hacer esas cosas.

Cuando sea que seamos confrontados con una situación que nos desafíe a un nivel emocional, en donde nos sintamos sin poder, indefensos y fuera de control, estamos encontrando un miedo. Podemos darle rienda suelta en nuestra vida o podemos recordar nuestra tarea y saber que somos seres poderosos, espirituales y divinos que hemos venido aquí para sanarnos a nosotros y al mundo del miedo, para terminar la dualidad, para liberar la humanidad de la esclavitud del miedo y traer el cielo a la tierra en donde no hay miedo y todos podemos experimentar la energía expansiva del amor incondicional.

Artículo de Octubre de 2008

Por Jennifer Hoffman
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