
Su mundo alza su hermosa cabeza y protesta a gritos por la injusticia, por la violación y la muerte. Y aún así, ustedes se están adentrando en un océano de posibilidades puras; un océano de energías que nunca antes habían tocado la tierra, un océano de energías de naturaleza virginal y de propósito puro. Ya llegan. Llegan como la pleamar, llegan como la bajamar y llegan como un tsunami. Día tras día, capa tras capa, ustedes y la madre tierra son infundidos con estas energías limpiadoras que están recibiendo por su cuerpo humano terrenal y por su luz humana.
¿Imaginaron alguna vez que la naturaleza humana tuviese una luz? El cuerpo humano irradia por su cuenta y muestra una frecuencia lumínica indicadora. Las moléculas contenidas en la carne tienen una hermosa luz. Ustedes consideran que su naturaleza humana está contaminada, manchada, enferma y sucia, lista para ser descartada a medida que entran en una luz superior, la luz de la Luz de la Ascensión. ¡Yo, Metatrón, vengo a decirles que acepten esa luz que hay en la carne del cuerpo del ser humano! Porque cuando reconozcan y acepten esa luz humana, estarán en condiciones de recibir y no de engañar.
Estas nuevas ondas de luz se introducen en ustedes ópticamente. Entran por los orificios de su cuerpo. Entran a través de cualquier abertura que tenga su cuerpo por adentro o por encima. Ópticamente, el cerebro las recibe de manera lineal; energéticamente, son recibidas como partículas de luz que se encienden sobre ustedes y se absorben. Impregnan el cuerpo humano con más componentes de luz molecular de los que se recibieron previamente.
Permitan que su naturaleza humana brille en todo su poderío. Si fuesen a separar su cuerpo humano, su cuerpo de luz o su alma y su mente (cerebro), verían que cada uno es una estrella diferente que resplandece con un brillo distinto, irradiando una octava de luz diferente.
Alinéense con las estrellas que llevan dentro, con las galaxias que representan, que recuerdan, que contienen, en las que se están convirtiendo. Cada uno de ustedes contiene un tipo de luz diferente. Se están convirtiendo en los acontecimientos celestiales. Recuerden: como es arriba, es abajo; así en el Cielo como en la Tierra. Siempre es como una imagen reflejada. Miren a los Cielos para obtener explicaciones acerca de ustedes mismos.
Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan