La mayoría de la gente no es seria, porque no tiene la suficiente voluntad como para cumplir con su palabra. Por lo general empeña la palabra en una u otra cosa, se prometen infinidad de cosas sin analizar las consecuencias y finalmente se cumplen escasamente aquellas cosas que no involucran mayor esfuerzo dejando en el olvido las demás y sin darle mayor importancia a la absoluta falta de seriedad que significa comprometerse a algo por medio del verbo y luego no cumplir.
La gente piensa que si prometen algo a viva voz y nadie los escucha pueden NO cumplir con aquello sin que pase nada.
Sin embargo, están muy equivocados, puesto que la palabra hablada EMITE una onda vibratoria que repercute en el plano de la energía como un circuito magnético que graba en el Alma de la Naturaleza aquello que afirmamos.
Cada promesa es registrada por la Unidad de la Naturaleza, que verifica más adelante en forma minuciosa si aquello se cumple o no.
Si la persona acostumbra a cumplir lo que afirma por el Verbo, la Naturaleza comienza a respetar a esa persona y muy pronto su palabra adquiere “poder”, al cumplirse exactamente todo lo que afirma. Si la persona no cumple con la palabra, si juega con el Verbo sin importarle las consecuencias, la Naturaleza le pierde el “respeto”, “no le cree” cuando dice algo, nada de lo que afirme llegará a concretarse. La persona pierde así la confianza en sí mismo porque termina el mismo “no creyendo” lo que afirma, ya que sabe que no es capaz de cumplir.
Dada la tremenda importancia que tiene el cumplir con la palabra empeñada, todo aquel que esta intentando ser fiel a sí mismo, debe comprometerse a través del verbo únicamente en las cosas que está seguro de poder cumplir.
Sin correr riesgos innecesarios prometiendo cosas en las que no se siente seguro aún. En esos casos lo mejor es pensar antes de hablar, o decir “haré todo lo posible”, intentaré hacerlo con voluntad”, pero en ningún caso arriesgarse, ya que es imprescindible cumplir con lo que se afirma, sino esto se volverá en contra, en algún momento de nuestra vida y ni siquiera recordaremos de donde proviene.
Autor desconocido.