jueves, 24 de julio de 2008
¡ VIVIR !
Creo que lo que damos lo recibimos de vuelta; todos contribuimos a crear los acontecimientos que tienen lugar en nuestra vida, tanto los buenos como aquellos que llamamos malos, y somos responsables de ellos.
Nosotros creamos nuestras experiencias con las palabras que decimos y los pensamientos que tenemos. Cuando nos creamos paz y armonía mental y tenemos pensamientos positivos, nos atraemos experiencias positivas y a personas que piensan lo mismo que nosotros. A la inversa, cuando nos quedamos «atascados» en una mentalidad de víctima, acusadora, nuestra vida se vuelve frustrante e improductiva, y también nos atraemos a personas que piensan de esa misma manera. En esencia, lo que quiero decir es que lo que creemos de nosotros mismos y de la vida se convierte en realidad.
Otros puntos básicos a tener en cuenta son:
• Sólo es un pensamiento, y los pensamientos se pueden cambiar. Creo que todo lo que ocurre en nuestra vida comienza con un pensamiento. Sea cual sea el problema, nuestras experiencias sólo son efectos exteriores de nuestros pensamientos más íntimos. Incluso odiarse a uno mismo es solamente odiar un pensamiento que se tiene de uno mismo. Por ejemplo, si tienes un pensamiento que dice «Soy una mala persona», esto te producirá un sentimiento de odio hacia ti, y te lo creerás. Si no tuvieras el pensamiento, no tendrías el sentimiento. Los pensamientos se pueden cambiar. Elige conscientemente un nuevo pensamiento, por ejemplo: «Soy una persona maravillosa». Cambia el pensamiento y cambiará también el sentimiento. Todos los pensamientos que tenemos crean nuestro futuro.
• El poder está siempre en el momento presente. Este momento es lo único que tenemos. Lo que elegimos pensar, creer y decir ahora forma las experiencias de mañana, la próxima semana, el mes que viene, el próximo año, etc. Cuando nos centramos en nuestros pensamientos y creencias de ahora mismo, en el momento presente, eligiéndolos con todo el cuidado con que elegiríamos un regalo para un amigo especial, entonces tenemos el poder de escoger el curso que damos a nuestra vida. Si estamos centrados en el pasado, carecemos de la energía necesaria para el momento presente. Si vivimos en el futuro, vivimos en una fantasía. El único momento real es ahora mismo. En este momento es donde comienza nuestro proceso de cambio.
• Hemos de dejar marchar el pasado y perdonar a todo el mundo. Somos nosotros los que sufrimos cuando nos aferramos a agravios pasados. Hacemos que situaciones y personas del pasado tengan poder sobre nosotros, y esas mismas situaciones y personas nos mantienen mentalmente esclavizados. Continúan controlándonos cuando nos quedamos atascados al no querer perdonar. Por eso es tan importante trabajar en el perdón. Perdonar, liberar a aquellos que nos hicieron daño, es liberarnos de nuestra identidad de persona herida. Nos permite liberarnos del ciclo interminable de dolor, rabia y recriminaciones que nos mantiene prisioneros de nuestro propio sufrimiento. No perdonamos el acto, sino a los que lo cometieron; perdonamos su sufrimiento, confusión, falta de habilidad, desesperación y humanidad. Cuando sacamos afuera esos sentimientos y los dejamos marchar, entonces podemos avanzar.
LOUISE HAY
CAMINOS DEL SER
Un lugar para el encuentro....
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